EL LAGAR DEL JARAÍZ

La pesada viga va prensando la uva lentamente, para ejercer aún más presión se añaden un conjunto de maderas de una forma uniforme. Una vez que la pila superior se llenaba de uva se pisaban primero a pie antes de usar la viga, esta operación se realizaba varias veces para extraer todo el mosto posible. La pisada de uva con pies de hombre fue el método más utilizado en viticultura para la obtención de mostos, desde las antiguas culturas egipcias, griegas y romanas desde los orígenes de la historia del vino. Durante los siglos se ha usado este método junto con prensas manuales, hasta la transformación industrial a principios y mitad del siglo XX, la actividad de pisar se realizaba al son de cánticos de los lagareros, algo simbólico a la celebración de la fiesta de la vendimia como parte de la cultura del vino, el lagar y la pisada de la uva forman parte importante del paisaje cultural del mundo del vino y de la creación artística de los pueblos viticultores. Durante miles de años se fortaleció el significado del lagar como espacio vinculado a la vida, la alegría y el encuentro, de esta forma el lagar y la pisada de uva fueron modelando las tradiciones simbólicas de los pueblos viticultores. En los últimos años se dejó de pisar la uva a pie para molerla con medios mecánicos. Últimamente se observa una recuperación de los métodos tradicionales en las elaboraciones, tanto en bodegas como por ejemplo, el uso de antiguas tinajas de barro, como en los trabajos agrícolas, con el uso de animales en ciertas parcelas en ecológico. El pisado de la uva es un proceso tradicional que despierta nostalgia y fascinación en el público, la pisada de la uva resurge en fiestas de la vendimia por toda la geografía española como atracción turística. Si hablamos de enoturismo, la visita a una viña o bodega tiene que convertirse en un acontecimiento especial, los lagares tradicionales  han dejado de ser parte del equipamiento industrial de las bodegas, pero se han convertido en patrimonio histórico industrial resurgido como parte importante de las propuestas enoturísticas, incluyendo fiestas de la vendimia y visitas a antiguas bodegas y cuevas. La recreación de estas prácticas muestra el lazo entre las tradiciones y los sistemas más modernos.